El aprendizaje requiere la participación activa y constructiva del estudiante.
El aprendizaje en la escuela requiere que los estudiantes presten atención, observen, memoricen, entiendan, establezcan metas y asuman la responsabilidad de su propio aprendizaje.
Estas actividades cognitivas son imposibles sin la participación activa y el compromiso de los alumnos.
Las personas aprenden mejor cuando participan en actividades que perciben como útiles en la vida cotidiana
El nuevo conocimiento es construido sobre las bases de lo que ya se entiende y se cree.
El empleo de estrategias efectivas y flexibles ayuda al estudiante a entender, razonar, memorizar y resolver problemas.
Los estudiantes deben saber cómo planear y monitorear su aprendizaje, determinar sus propias metas de aprendizaje y corregir sus errores.
Algunas veces el conocimiento previo puede obstaculizar el aprendizaje nuevo.
Los estudiantes deben aprender cómo resolver las inconsistencias internas y, cuando es necesario, reestructurar los conceptos preexistentes.
Se aprende mejor cuando el material está organizado alrededor de explicaciones y principios generales que cuando se basa en la memorización de hechos aislados y procedimientos.
El aprendizaje se torna más significativo cuando las lecciones se aplican a situaciones de la vida cotidiana.
Aprender es una tarea cognitiva compleja que no puede ser apresurada.
Los niños aprenden mejor cuando sus diferencias individuales son tomadas en cuenta.
El aprendizaje está fuertemente influido por la motivación del alumno.
La conducta y las afirmaciones de los maestros pueden motivarlos hacia el estudio.