Una persona con TEA, tendrá necesidades económicas, sociales y afectivas al igual que el resto de personas mayores de su edad.
El bienestar y la calidad de vida con la que las afronte, dependerá de la intervención que se haya realizado a nivel neurológico, fisiológico y psicológico a lo largo de su ciclo vital.
Debemos reflexionar en el hecho de que la edad cronológica no tiene porque coincidir con la edad mental, por lo tanto es difícil asociar el concepto de adulto a un periodo de edad concreto.
Una de las dificultades con las que nos encontramos, es la heterogeneidad que presenta el colectivo TEA, es necesario, centrarnos en cada uno de las personas para poder conocer de manera individual, sus puntos fuertes y sus debilidades, elaborando desde un principio un plan de intervención que dé respuesta a sus necesidades, teniendo en cuenta aspectos sociales y psicológicos.
Pues consideramos los siguientes como factores principales en el autismo: Dificultades en las funciones ejecutivas, Habilidades comunicativas, Habilidades sociales.