Los grifos con sensor automático se activan por proximidad, sin necesidad de tocarlos, mientras que los monomandos requieren girar una manija o palanca para abrir o cerrar el flujo de agua.
Los monomandos suelen permitir un mayor control de la temperatura del agua, ya que se ajusta manualmente, mientras que los grifos con sensor automático suelen tener una temperatura predefinida.
La instalación de grifos con sensor automático a menudo requiere mantenimiento técnico, sin embargo, sus beneficios superan este inconveniente.
Los grifos con sensor automático son populares en entornos comerciales, como baños públicos, debido a su higiene, ya que no hay que tocarlos, y al uso más controlado que permiten.
La grifería de ramonsoler, por ejemplo, dispone de sistemas limitadores de la temperatura que favorecen la seguridad y salud del usuario evitando el riesgo de quemaduras.
La mayoría de estos grifos están equipados con sistemas que regulan el caudal, proporcionando un ahorro del agua al 50%.
La combinación de higiene y salud avanzada y eficiencia en el uso del agua sigue convirtiendo a los grifos con sensor automático en una opción muy atractiva para el usuario.
Nuestros monomandos cuentan con el sistema de ahorro S2 con un tope incorporado intermedio en el recorrido vertical de la palanca, proporcionando un caudal con un ahorro del 50% del agua.
La elección entre un grifo con sensor automático y uno monomando depende en última instancia de las necesidades y preferencias individuales.
Ambas opciones priorizan la higiene y salud del usuario y el ahorro de agua y energía, factores primordiales para ramonsoler.