Estos proyectos pueden influir en la práctica de la infraestructura verde a una escala más amplia.
Este tipo de proyectos, que abordan la microescala, se pueden percibir como implementables en el corto plazo y sin necesidad de grandes sumas de dinero o con objetivos que pueden percibirse como inalcanzables.
Habiendo incorporado la educación ambiental en las escuelas como otro pilar del programa, estamos apoyando indirectamente la formación de los niños y la incrustación o compromiso ambiental en las próximas generaciones.
Trabajar con comunidades y organizaciones es primordial para extender la vida del proyecto.
Al asegurar que la comunidad educativa, la sociedad civil y especialmente los niños puedan involucrarse desde el primer momento, habrá más posibilidades de que el proyecto trascienda el contexto académico, y ser apropiado y multiplicado por la propia comunidad.
El compromiso académico, en este caso, funciona no sólo como redes de intercambio entre distintos actores sino como apropiación del proyecto para hacer crecer las propias metas, desafíos y estrategias.
Y en esta línea, con el objetivo de construir una red Latinoamericana de infraestructura verde para la urbanización sostenible, se realizó el “Encuentro Internacional de Infraestructuras Verdes en las Ciudades” con el auspicio de la Universidad de Sheffield y del Centro de Investigación Hábitat y Energía de la UBA/ FADU.
En el ámbito de la carrera de Planificación y Diseño del Paisaje de la FADU implicó enmarcar los trabajos prácticos de la materia Vegetación 2 (Cátedra Fabio), a través del análisis, diseño y dirección de obra, y construir la primera escuela “Respirar” en Buenos Aires.
O también, en el marco de las pasantías con crédito académico SI FADU, el continuo intercambio con 52 estudiantes de las carreras de Arquitectura, Paisaje, Diseño de Imagen y Sonido, Gráfico e Industrial enriquece las miradas y perspectivas sobre el proyecto.