Las ventanas con doble acristalamiento son aquellas compuestas por dos hojas de vidrio separadas por una cámara de aire deshidratado o gas argón.
Su principal ventaja frente a las ventanas simples, es la mejora de las prestaciones que ofrecen en el nivel de aislamiento térmico y acústico.
Las ventanas con triple acristalamiento añaden una hoja de vidrio adicional y su correspondiente cámara intermedia, mejorando aún más sus niveles de aislamiento frente a las ventanas con doble acristalamiento.
Un vidrio plano puede tener una conductividad térmica en torno a 1,16w/°m2C, y a medida que se añaden cámaras de aire y láminas de vidrio adicionales, la conductividad se va reduciendo hasta 0,12 w/°m2C o menos.
Por lo tanto, los triples acristalamientos están compuestos por tres hojas de vidrio y dos cámaras de aire.
Son cada vez más demandados en obras de construcción y renovación por su combinación de propiedades de aislamiento térmico y acústico.
Las cámaras de aire potencian las propiedades aislantes y reducen el valor U del acristalamiento, que mide el intercambio de temperatura que se produce entre el exterior y el interior de la ventana.
Cuanto menor es el valor U del perfil y el vidrio, mayor es la capacidad de aislamiento de la ventana.
En el caso de las ventanas con triple acristalamiento, su capacidad para configurarlas de diferentes formas les confieren un amplio espectro de prestaciones de aislamiento acústico, térmico y seguridad.
La diferencia de ahorro en pérdidas de calor en comparación con ventanas de doble acristalamiento será poco significativo debido a la suavidad de las temperaturas.
El ahorro energético oscilará entre un 10 y un 15%.
Los esfuerzos de aislamiento térmico que se realicen en las ventanas se verán mermados por el mal aislamiento del resto del cerramiento.