La madera es el material más tradicional para las puertas interiores.
Existentes opciones en madera maciza, chapada o aglomerada.
Cada una tiene sus ventajas y desventajas.
La madera maciza es robusta y duradera, pero más costosa.
Las chapadas ofrecen una buena relación calidad-precio, mientras que las aglomeradas son económicas, pero menos resistentes.
Las puertas de cristal aportan luminosidad y sensación de amplitud.
Pueden ser totalmente transparentes, traslúcidas o tener combinaciones de cristal y otros materiales como la madera o el aluminio.
El aluminio es un material ligero y resistente, a menudo utilizado en diseños modernos o industriales.
Las puertas de aluminio pueden combinarse con otros materiales, como el cristal, para crear un aspecto contemporáneo y sofisticado.
Las puertas de PVC son una opción económica y práctica.
Son resistentes a la humedad, por lo que suelen ser populares en baños y cocinas.
Aunque no son tan elegantes como las de madera o cristal, ofrecen durabilidad y requieren poco mantenimiento.
Evalúa el tráfico que recibirá cada puerta.
En áreas de mucho uso, como pasillos o cocinas, conviene optar por materiales más resistentes, como la madera maciza o el aluminio.
Para habitaciones de uso esporádico, una puerta de aglomerado puede ser suficiente.
El coste es un factor determinante.
Si tienes un presupuesto ajustado, las puertas de PVC o aglomerado pueden ser una solución económica.
Sin embargo, si buscas un acabado de alta calidad y duradero, las puertas de madera maciza o cristal pueden ser la inversión correcta.