Las puertas cortafuegos para salidas de emergencia desempeñan un papel fundamental en la seguridad contra incendios de cualquier edificación.
Para que cumplan su función como puertas de emergencia, deben cumplir con estrictas normativas de resistencia al fuego,
están clasificadas en categorías como EI30, EI60, EI90 o EI120, donde el número indica la cantidad de minutos que la puerta puede resistir el fuego sin perder su integridad y capacidad aislante.
Es crucial que estas puertas cuenten con certificaciones oficiales según normativas europeas o nacionales.
Una puerta cortafuegos solo será eficaz si se instala correctamente y recibe mantenimiento periódico.
La instalación debe realizarse por profesionales siguiendo las especificaciones del fabricante, y es recomendable realizar inspecciones periódicas para comprobar su estado, asegurándose de que los mecanismos de cierre y las juntas de sellado funcionen correctamente.
Las puertas cortafuegos suelen estar fabricadas en materiales como acero galvanizado, acero inoxidable o madera con tratamiento ignífugo.
Su núcleo está compuesto por materiales resistentes al fuego como lana de roca o vermiculita, que refuerzan su capacidad de aislamiento térmico y estructural.
Toda puerta cortafuegos utilizada como salida de emergencia debe estar claramente señalizada con carteles fotoluminiscentes indicando «Salida de emergencia» y «No obstruir».
Además, debe contar con iluminación de emergencia en su perímetro para garantizar su visibilidad en caso de fallo eléctrico.