Las puertas, junto a las ventanas, son elementos que debemos aislar bien para evitar la entrada de ruido. El bajo de la puerta y las juntas son zonas que debemos sellar para reducir el ruido. Lo ideal es sellarla utilizando un burlete. Al colocar el burlete, el aire y el ruido no podrán entrar y se creará una barrera tanto térmica como acústica. Con el paso del tiempo, los burletes que rodean el marco de la puerta pierden eficacia y debemos cambiarlos para que se ajusten mejor al hueco y evitar que entre aire por la puerta. Para sustituirlos, solo tendremos que retirarlos con una espátula y colocar los nuevos. Estos burletes evitarán que queden huecos en el marco. Tapar grietas y agujeros con masilla selladora o con espuma de poliuretano también es efectivo. Forrar la puerta con aislante acústico, como paneles acústicos o mantas de fibra de vidrio, también puede ser una solución. Insonorizar puerta con otras barreras, como pintura insonorizante o cortinas que absorben el sonido, también puede ser efectivo. Colocar puertas insonorizadas es la opción más efectiva para insonorizar la puerta, aunque es el método más caro y laborioso.