Una puerta blindada puede durar entre 20 a 30 años o incluso más, dependiendo de la calidad del material, el mantenimiento, y las condiciones ambientales.
Esto significa que la hoja está compuesta por una capa de acero o hierro, lo que le da una mayor resistencia que una puerta de madera convencional, pero no llega a ser al cien por cien de metal como una puerta acorazada.
Puedes tardar en forzar una puerta blindada entre 15 minutos y 1 hora.
Mientras mayor sea su sistema de seguridad, más tiempo se va a tardar en abrirla.
De esta manera no solo retrasa un robo, sino que alerta a los vecinos de inmediato antes de que los ladrones intenten algo.
Una puerta se considera 100% blindada cuando tiene una estructura interna metálica que refuerza la puerta contra intentos de forzado.
Es más pesada que una puerta de madera normal debido a los materiales metálicos, pero no tanto como una puerta acorazada.
Cuando estos elementos están presentes, la puerta se considera blindada y ofrece una protección superior a una puerta estándar.
Tiene una capa metálica (acero o hierro) en su interior, que la hace más sólida que una puerta de madera.
El marco está reforzado, por lo general es de madera o acero, pero no tan robusto como en las puertas acorazadas.
Suele tener una cerradura de seguridad, pero con un solo punto de cierre, en lugar de un sistema multipunto como las acorazadas.
Pesas entre 40 y 80 kg.