Para una puerta de entrada, lo mejor es optar por una pintura que ofrezca alta resistencia y protección contra las inclemencias del tiempo, así como un acabado estéticamente agradable.
El acabado brillante es más resistente a la intemperie, protegiendo mejor la puerta de la humedad, el sol y la lluvia.
También es mucho más fácil de limpiar, ya que las manchas y huellas de dedos se eliminan rápidamente.
A nivel estético, el brillo hace que la puerta se vea más luminosa y llamativa, destacándose más en la fachada de la casa.
Y por último, la durabilidad es otra ventaja importante, ya que las pinturas brillantes son más resistentes a los arañazos y al desgaste, lo cual es esencial para una puerta que constantemente está expuesta a las inclemencias del tiempo y al tráfico.
Entre los tonos que jamás fallan ni pasan de moda, tenemos: Blanco brillante: Un clásico que nunca falla, da frescura y luminosidad, ideal para estilos modernos o minimalistas.
El esmalte sintético, especialmente el de base aceite, es súper duradero, ideal para resistir las inclemencias del tiempo como el sol, la lluvia y la humedad, lo que lo hace perfecto para exteriores.
Es más tiene un acabado brillante y suave que se ve elegante y es fácil de limpiar, ya que las manchas se eliminan fácilmente.
También es resistente al moho, lo que es genial para puertas expuestas al clima.
La pintura acrílica es una excelente opción si buscas algo de secado rápido, ya que se seca mucho más rápido que el esmalte sintético.
Además, como es a base de agua, tiene menos olor, lo que la hace más agradable de usar en interiores, y es más ecológica, ya que tiene menos compuestos orgánicos volátiles.
También es fácil de mantener y limpiar con agua y jabón, y se ofrece en una variedad de acabados, especialmente en satinados y mates, lo que le da un toque moderno.
Sin embargo, tiene una menor durabilidad en condiciones exteriores extremas, como sol intenso o lluvia constante, por lo que no es ideal para puertas que estén muy expuestas a estos elementos.