Para evitar que una puerta haga ruido al cerrar, primero necesitas identificar de dónde viene el ruido. ¿Es del marco de la puerta, de las bisagras o del mecanismo de cierre? Una vez identificado el origen, podrás buscar la mejor solución.
Realiza una revisión completa de la puerta, observa las bisagras, el marco y el piso, esto te dará una idea más clara de qué podría estar causando el ruido.
Un método fácil y rápido para solucionar el problema de los chirridos es utilizar un lubricante, WD-40 o incluso aceite para máquinas de coser pueden ser excelentes opciones.
Si notas que el ruido proviene del marco de la puerta golpeando contra la puerta misma, los burletes podrían ser tu solución ideal.
Si el ruido proviene del contacto de la puerta con el piso o con la pared, la solución podría ser tan simple como colocar gomas o parachoques de silicona en los puntos de contacto.
También puedes optar por herrajes de mayor calidad, a veces simplemente reemplazando un par de tornillos o bisagras de baja calidad puedes marcar una gran diferencia.
Estos dispositivos se instalan en la parte inferior de la puerta y ofrecen un cierre suave y silencioso.
Desde usar jabón en las bisagras hasta colocar tela fieltro en los marcos, hay muchos métodos caseros que puedes intentar.
Aunque pueden no ser soluciones a largo plazo, son buenos para un arreglo rápido.
Si has intentado varias soluciones y ninguna ha funcionado, quizás sea el momento de llamar a un profesional para que evalúe la situación.