La puerta seccional se caracteriza por la forma en la que se abre, ya que al activarse esta queda guardada en el techo, el suelo o alguno de los laterales del lugar donde se instale. Esto permite ahorrar mucho espacio y aprovechar el sitio en el que se realiza la apertura y cierre. Sin duda, esta es una de las grandes ventajas de la puerta seccional.
Además, este tipo de puerta, al estar compuesta de varias lamas, ofrece una gran fortaleza y resistencia.
Por contra, y debido a la necesidad de instalar un complejo mecanismo de repliegue, suele ser más costosa que la basculante.
La puerta basculante se presenta como una opción más económica, ya que los materiales y la instalación suponen un coste menor.
Esta es, claramente, una de las mayores ventajas de la puerta basculante frente a la seccional.
La puerta basculante necesita de un mayor espacio disponible para permitir correctamente el giro de apertura y cierre, ya que es precisa una superficie fuera o dentro del lugar en el que se instale la puerta.
Cabe recalcar también que este producto ofrece una menor fortaleza y resistencia, así como un mayor nivel de ruido durante su funcionamiento.
Teniendo claras las diferencias entre ambos tipos de puerta, es el momento de elegir aquella que mejor se adapte a aquello que buscas.
Como te hemos contado en este post, varias son las variables importantes a tener en cuenta: el coste económico, el espacio disponible, la necesidad de aprovechar el lugar donde instales la puerta, el ruido que realizan al funcionar y la fortaleza.