Se suele pensar erróneamente que las puertas blindadas son las más seguras. Si bien una puerta blindada sigue siendo mejor opción que una puerta de entrada corriente, tal como veíamos, se trata de puertas que se han ido quedando obsoletas con el paso del tiempo. Una puerta de estas características no será capaz de resistir y proteger la vivienda al sufrir un ataque con las nuevas técnicas de robo. Por ello, no es recomendable instalar una en nuestra vivienda, si lo que buscamos es mejorar su seguridad. Eso nos deja con la opción de instalar una puerta acorazada, más resistente que una puerta blindada. Sin embargo, pese a que fueron una opción perfecta hace unos años, tampoco sería la elección más adecuada. Se trata de puertas cuya tecnología se ha quedado obsoleta frente a la nueva normativa de seguridad y que suelen contar con certificados desfasados. Por ello, si contamos con que el grado de seguridad más adecuado para una vivienda en un edificio es de 4C, una puerta acorazada no sería lo suficientemente segura. Las puertas acorazadas son aquellas que cuentan con el marco y el cuerpo de la hoja fabricados en acero y metal, base a la que se le añaden placas de madera para seguir la estética habitual de las puertas de entrada. Además, se trata de un tipo de puertas que permite contar con un sistema de cierre más resistente. Así, se puede decir que las puertas acorazadas tienen un mayor grado de resistencia, dada la mayor robustez de su estructura.