Los dispositivos inteligentes vienen en una amplia variedad de tamaños.
Las empresas están fabricando una amplia gama de aparatos «inteligentes»: teléfonos, altavoces, relojes, de todo.
La tecnología «inteligente» se está incorporando cada vez más a varios aspectos de nuestras vidas para mejorar la conectividad y la comodidad.
El teléfono inteligente común tiene una serie de funciones «inteligentes», como GPS, sensores biométricos, asistentes de voz, seguimiento de la salud o la forma física y sistemas de pago por móvil.
El iPhone y los caros teléfonos Android como el Samsung Galaxy son los modelos estrella.
Fitbit Sense y Apple Watch, por ejemplo, realizan un seguimiento de los indicadores de salud, envían mensajes y notificaciones a los smartphones, permiten pagos sin contacto y ejecutan aplicaciones de fitness.
Los asistentes de IA permiten obtener información, noticias y entretenimiento a la carta activados por voz en altavoces inteligentes como Google Home y Amazon Echo.
Nest y otros termostatos inteligentes mejoran la calefacción y la refrigeración mientras los usuarios están fuera.
La app permite automatizar y controlar las luces inteligentes Philips Hue.
La conectividad Wi-Fi permite supervisar a distancia los electrodomésticos inteligentes.
Puede vigilar su casa en todo momento gracias a las cámaras de seguridad que pueden identificar movimiento o sonido y enviar notificaciones a su teléfono.
Para notificaciones remotas, los sensores inteligentes de puertas y ventanas pueden vigilar las intrusiones.
Los vigilabebés avanzados controlan los patrones de sueño, las condiciones de la habitación e incluso utilizan inteligencia artificial (IA) para traducir los gritos y alertar a los padres de posibles necesidades del recién nacido.
Podemos controlar nuestro ritmo cardíaco, pasos, patrones de sueño y mucho más utilizando pulseras de fitness y tecnología ponible inteligente.
Gracias a la información obtenida, podemos conocer mejor nuestros niveles de actividad y nuestra salud.