Los receptores cutáneos para tacto y presión son mecanorreceptores. Los receptores sensoriales pueden ser terminaciones dendríticas especializadas de fibras nerviosas aferentes, y a menudo se relacionan con células no neurales que los rodean, lo que forma un órgano de sentido. El tacto y la presión son detectados mediante cuatro tipos de mecanorreceptores. Los corpúsculos de Meissner son dendritas encapsuladas en tejido conjuntivo, y muestran respuesta a cambios de la textura y vibraciones lentas. Las células de Merkel son terminaciones dendríticas expandidas, y muestran respuesta a presión y tacto sostenidos. Los corpúsculos de Ruffini son terminaciones dendríticas agrandadas con cápsulas alargadas, y muestran respuesta a presión sostenida. Los corpúsculos de Pacini constan de terminaciones dendríticas no mielinizadas de una fibra nerviosa sensorial, encapsuladas por láminas concéntricas de tejido conjuntivo que dan al órgano el aspecto de una cebolla perla. Estos receptores muestran respuesta a presión profunda y vibración rápida. La mano del humano tiene cuatro tipos de mecanorreceptores, su activación combinada produce la sensación de contacto con un objeto. La activación selectiva de células de Merkel y de terminaciones de Ruffini causa sensación de presión estable, la activación selectiva de corpúsculos de Meissner y de Pacini origina hormigueo.