El ángulo de apertura de la puerta en cuestión será como mínimo de 90º.
Para esto, es importante cómo colocar en el suelo los topes de la puerta y no reducir este ángulo.
El ancho de paso libre debe ser mínimo de 80 cm, siendo 100 cm lo recomendable.
Las puertas deben llevar en la parte inferior un zócalo metálico para evitar posibles roturas con el roce de sillas de ruedas u otros elementos de ayuda.
En cuanto a la altura libre del hueco de la puerta, deberá tener como mínimo 220 cm.
El picaporte debe estar a una altura entre 80 y 100 cm para la comodidad de las personas, y ser ergonómico.
La finalidad es poder usarse tanto con una sola mano o con otro parte del cuerpo, por lo que habrá que evitar pomos giratorios.
En cuanto a pestillos y cadenas, debido a su dificultad, se recomienda otro dispositivo más manejable, y que cuente con un sistema de desbloqueo desde el exterior.
Si hablamos de puertas de vidrio, deben estar correctamente señalizadas con bandas de vinilo o similar, colocadas a una altura entre 60 y 120 cm, siendo recomendable una segunda banda a una altura inferior para ser vista por personas de menor altura, como el caso de los niños.
Importante recordar que se debe evitar el uso de puertas excesivamente pesadas, o bien acomodarlas con mecanismos de apertura automática.
En cuanto a puertas correderas con cierre automático, tendrán que estar equipadas con sistemas de apertura automáticos en casos de aprisionamiento.
Los mecanismo de detección que tienen estas puertas automáticas deben cubrir todas las zonas, para poder detectar a todo tipo de personas, como niños, usuarios en silla de ruedas o personas con baja altura.