Una señal podotáctil, tal y como su nombre indica, es aquella que podemos sentir con el pie al pasar o caminar por encima de ella. Son elementos que se sitúan en el suelo o pavimento y nos avisan de algo porque notamos un cambio en la superficie que estamos transitando. También sirve para guiar a todas aquellas personas que cuentan con algún tipo de discapacidad visual, o bien marcar una ruta en un sitio que no tiene visibilidad.
Estas señales suelen estar pintadas en color amarillo porque llama más la atención al ojo humano. Pero también puede estar pintado de otros colores, pues al final la intención es que destaque por encima del color del suelo podotáctil en el que se encuentra colocado.
Existe diferentes elementos de señalización, y son los siguientes: Placas podotáctiles Consisten en baldosas o losetas con texturas especiales y relieves táctiles que se instalan en el suelo para alertar de las zonas de riesgos por dos vías: el tacto y el color e indicar direcciones, cambios en el camino, zonas de peligro, cruces peatonales, entre otros puntos importantes.
Clavos podotáctiles Los clavos podotáctiles son pequeñas tachuelas metálicas fabricados en acero inoxidable y colocadas en el suelo para guiar a personas con discapacidad visual en entornos urbanos.
Guías de encaminamiento en poliuretano Se trata de pavimentos podotáctiles con guías antideslizantes que ayudan a las personas con algún tipo de deficiencia visual a moverse de forma segura a lo largo de un camino.
Guías de encaminamiento en acero inoxidable Las guías de encaminamiento son una forma de señalización táctil utilizada en entornos urbanos para orientar a personas con discapacidad visual.
Estas guías tienen texturas y relieves específicos diseñados para ser detectados con el tacto o con el bastón utilizado por personas ciegas o con baja visión, facilitando así su orientación y seguridad en lugares públicos.