Las ayudas visuales para la baja visión están muy personalizadas para adaptarse a las necesidades individuales de las personas con esta patología. Su objetivo siempre es mejorar las condiciones de vida de quien convive con baja visión para fomentar un mayor grado de independencia y autonomía. Ayudas ópticas para baja visión aprovechan los avances de la óptica para facilitar el día a día de las personas con baja visión. Lupas: recomendadas para una lectura más casual, como ver un número de teléfono en una agenda o leer la factura del agua. Lupas electrónicas: frente a las lupas tradicionales, las electrónicas están formadas por una cámara que recoge la imagen y un monitor donde se reproduce, pudiendo aumentarlo al tamaño deseado. Microscopios: este tipo de lente, también llamada convergente o positiva, permite ver objetos a distancias cortas, menores de 25 cm. Telemicroscopios: en este caso, la distancia operativa es mayor que la de las lentes microscopios, pero el campo visual es más reducido. Telescopios: están indicados para realizar tareas de lejos. Filtro terapéutico: en muchos casos, las personas con baja visión sienten una gran sensibilidad a la luz, con lo que estos filtros, que evitan el deslumbramiento atenuando la luz excesiva, son una solución idónea. Además de todos estos utensilios, hay muchas maneras de facilitar el día a día de las personas con baja visión. Por ejemplo, se pueden adaptar aparatos cotidianos, como pantallas teclados o teléfonos fijos, para que sean más grandes y se vean mejor. De igual modo, se venden soportes para ayudar a la lecto-escritura, permitiendo acercar el papel lo necesario sin que ello conlleve una mala postura. Por último, son también muy habituales las bombillas con filtros de colores o de baja intensidad. Igual que ocurre en el ámbito de la óptica, la innovación tecnológica en el campo digital ha permitido desarrollar múltiples ayudas visuales para las personas con baja visión. Por ejemplo, hay mecanismos de realidad aumentada, como Acesight, que amplían el tamaño de las imágenes hasta que el ojo las puede ver. También hay dispositivos que, utilizando inteligencia artificial, pueden leer textos, reconocer caras o incluso identificar productos, como OrCam MyEye, que se adapta a la patilla de las gafas, Retiplus o eSight eyewear.