Las puertas hidrofugas son puertas especialmente tratadas para resistir la absorción de agua y la acumulación de humedad.
A diferencia de las puertas convencionales, que pueden deformarse, hincharse o deteriorarse cuando se exponen a ambientes húmedos, las puertas hidrofugas están fabricadas con materiales y recubrimientos que las hacen impermeables y resistentes al agua.
Las puertas hidrofugas pueden estar hechas de varios materiales, cada uno tratado para mejorar su resistencia al agua.
PVC (Policloruro de vinilo): Un material sintético que es naturalmente resistente al agua y no se deforma.
Aluminio: Ligero y resistente a la corrosión, ideal para áreas muy húmedas.
Madera tratada: La madera puede ser tratada con selladores y recubrimientos hidrofugantes que la protegen de la humedad sin sacrificar su apariencia natural.
Compuestos de alta densidad: Materiales sintéticos y compuestos diseñados específicamente para resistir la humedad y el agua.
La principal ventaja es su capacidad para resistir la penetración del agua, evitando deformaciones y daños estructurales.
Son más fáciles de limpiar y mantener, ya que su superficie lisa y resistente no absorbe suciedad ni humedad.
Al no absorber humedad, estas puertas ayudan a prevenir la formación de moho y hongos, contribuyendo a un ambiente interior más saludable.
Las puertas hidrofugas son ideales para diversas áreas dentro de una vivienda:
Baños y duchas: Perfectas para puertas de entrada a baños, cabinas de ducha y áreas con alta exposición al agua.
Cocinas: Resistentes a los vapores y salpicaduras frecuentes en la cocina.
Lavaderos y áreas de servicio: Ideales para zonas de lavado, donde la humedad y el agua son comunes.
Sótanos: Perfectas para sótanos, que a menudo sufren de humedad elevada.
Entradas secundarias y terrazas: Útiles en entradas secundarias y puertas que dan a terrazas cubiertas, proporcionando una barrera adicional contra la humedad exterior.