Es muy sencillo en realidad, una vez que el sistema de control acepta el código, envía una señal eléctrica que detona el mecanismo de apertura, liberando las piezas mecánicas que conforman el cierre. El usuario solo tendrá que esperar el tiempo de retardo de apertura y podrá empujar la puerta. Por lo general, solo necesitarás introducir el código o acercar tu tarjeta para entrar. Al salir, solo tendrás que jalar la manilla y la puerta se abrirá. Esto es muy conveniente, pues nunca estarás encerrado en el recinto, por lo que, en caso de emergencia, todos los usuarios tendrán la libertad de salir sin identificarse. El sistema cuenta con un transformador de la señal enviada con la tarjeta/código numérico que es el que envía la instrucción de apertura del sistema de cierre. Desde ese mismo transformador se conecta el mecanismo de cierre que va en la puerta. Es una instalación sencilla, pero se recomienda que se realice por un experto.