Como punto negativo, con la hoja oculta no podrás colocar doble manilla (interior/exterior) y el precio de esta aplicación siempre sube un poco más.
La hoja oculta se usa, principalmente, cuando la prioridad es la luminosidad del espacio.
La ventana tendrá el mismo aspecto desde dentro que desde fuera y no sabremos si se trata de un fijo o practicable.
Eso nos dará siempre más seguridad, ya que si algún ladrón quiere entrar no sabrá a qué se enfrenta.
Además, con la hoja oculta las prestaciones térmicas y acústicas no varían, así que no tendremos que preocuparnos por esto.
La hoja oculta puede aplicarse en todo tipo de superficies, pero hay algunas opciones donde es más recomendable que otras.
En primer lugar, cuando se trata de una ventana de pequeñas proporciones sería más aconsejable aplicar este sistema, ya que aprovecharíamos más la superficie acristalada y, en consecuencia, tendríamos más luz.
En los proyectos más estéticos y donde el minimalismo es una de las bases, también se suele utilizar esta fórmula.
Los marcos de las ventanas son más sutiles y destaca la superficie acristalada, que queda súper integrada con el entorno.