Los principales componentes del suelo son los componentes minerales, la materia orgánica o hummus, la atmósfera del suelo y el agua, así como el sistema biológico o la presencia de microorganismos.
Los minerales del suelo derivan de las llamadas “rocas parentales” y pueden encontrarse en diferentes medidas, desde arcilla con 0.0002 mm de diámetro hasta gravas de varios centímetros de diámetro.
Los minerales representan cerca del 90% el peso total del suelo, y entre ellos se encuentra el oxígeno, el silicio, el hierro, el aluminio, el nitrógeno, el fósforo, el potasio, el calcio, el magnesio, el carbono y el hidrógeno.
La materia orgánica, por su parte, proviene de los residuos que dejan los restos de animales, y es que cuando las plantas y los animales mueren, sus restos permanecen y son atacados por numerosos microorganismos que finalmente degradan y descomponen dichos restos en componentes orgánicos más pequeños.
El producto de esa descomposición es el llamado hummus, y este proceso de formación es conocido como “humificación”.
Los principales componentes que se encuentran en el hummus son el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el azufre y el nitrógeno.
La atmósfera del suelo está formada por los gases que se encuentran en los espacios entre las partículas y los organismos, y estos espacios son llenados por humedad y aire.
La atmósfera del suelo contiene tres gases principales, que son: oxígeno, dióxido de carbono y nitrógeno.
El agua en el suelo juega un papel muy importante en el crecimiento de las plantas.
Las plantas absorben una pequeña cantidad de agua de riego o lluvia y rocío directamente de sus superficies, pero la mayoría del agua absorbida proviene del suelo.
El agua en el suelo mantiene su textura, su arreglo y la compacidad de sus partículas.