La regla de oro no difiere de cualquier otro espacio destinado a la infancia: MIRAR CON OJOS DE NIÑO, la única manera efectiva de detectar riesgos.
La mayoría de accidentes en parques infantiles y con consecuencias más graves suceden por falta de mantenimiento de las áreas de juego o defectos constructivos: tornillos que sobresalen, astillas que se clavan, huecos que producen atrapamiento, quemaduras por contacto,…
A estos riesgos sumamos la falta de higiene o de civismo por parte de otros usuarios: colillas, defecaciones de animales, y…otros elementos que preferimos no nombrar en este post :(
Cualquier defecto se debe comunicar inmediatamente a los responsables del parque infantil, documentando con imágenes para dar más fuerza al argumento y que se puedan solventar cuanto antes, evitando un accidente a nuestros hijos y a otros pequeños.
Las áreas de juego deben estar señalizadas en función de la edad para la que se han construido: respetarlas evita muchos accidentes.
Es importante no incitar a incumplir las normas, no solo por el riesgo de lesión, también porque el ejemplo que estamos dando a nuestros hijos es que romper las reglas es lo normal.
No reconducir a los niños “mayores” que está utilizando un área de juegos para los más pequeños, puede producir lesiones a los bebés al caer accidentalmente encima de ellos o golpearlos con los movimientos derivados de los juegos rápidos.
Incitar a un pequeño a que utilice un área de juego para el que todavía no está preparado es además de peligroso para su integridad, negativo para su autoestima y seguridad emocional, al parque se va a disfrutar, quien quiera sufrir que acuda a un gimnasio.
Otros conceptos correspondientes a la seguridad a tener en cuenta en un parque infantil son: Los suelos que soportan las áreas de juego que producen o pueden producir caídas, deben ser blandos con una absorción adecuada a la caída crítica del tobogán, columpio, etc.
El cercado del parque no puede producir lesiones por contacto ni tener huecos superiores a los 10 cm que puedan provocar atrapamientos de cabeza, pies y manos.
Aunque no sean propiamente espacios de juego, el mobiliario urbano (bancos, fuentes), también pueden ser elementos de riesgo en tanto que para los niños todo es fuente de imaginación y juegos, por ello debemos asegurarnos de una correcta utilización de estos equipamientos, evitando el acceso cuando ya sea por su estado o propiedades de diseño sean peligrosos.
Y no podemos olvidarnos del agua: estanques, piscinas, …NUNCA dejar al niño sin supervisión de forma que puedan acceder a estos espacios de forma autónoma.
¡Disfruta de tus hijos en el parque y deja que ellos disfruten de las instalaciones y de sus pequeños amigos, pero recuerda: sin seguridad, no hay diversión!