Un amortiguador regulable es un tipo de amortiguador que se puede ajustar para cambiar su comportamiento y responder a diferentes necesidades de conducción. Los amortiguadores regulables en dureza presentan una estructura más flexible en cuanto a las necesidades de cada conductor según el terreno que se vaya a enfrentar en ese momento, lo cual supone su principal ventaja. Estos amortiguadores permiten ajustar la dureza o rigidez de la suspensión, variando la resistencia al flujo del fluido hidráulico dentro del amortiguador a través de válvulas ajustables. La regulación de la dureza es crucial para controlar cómo el vehículo responde a las irregularidades del camino, afectando directamente a la comodidad de conducción, el manejo y la estabilidad. Los amortiguadores regulables pueden ser encontrados de dos tipos distintos: los regulables en dureza y los regulables en suspensión. Los regulables en dureza disponen de una rosca que permite regular la dureza de la amortiguación mediante la ampliación o reducción del diámetro del agujero por donde pasa el aceite, cambiando así su flujo. Esto permite una mayor capacidad de ajuste y mejora el rendimiento bajo condiciones extremas.
En cuanto a sus partes, un amortiguador regulable está formado por un cuerpo del amortiguador, que es el cilindro principal que aloja los componentes internos, pistón y vástago, que se mueven dentro del cilindro y están conectados, válvulas de ajuste, que permiten modificar la resistencia y comportamiento del amortiguador, depósito de gas o fluido adicional, que almacena gas o fluido adicional para una mayor capacidad de ajuste, controles externos de ajuste, que permiten al conductor o al mecánico ajustar manualmente la rigidez y otros parámetros del amortiguador, sellos de alta calidad, que evitan fugas y mantienen una presión constante, y muelles o resortes, que pueden ser ajustables en algunos modelos.
Un amortiguador regulable en altura es distinto de un amortiguador regulable en dureza, ya que su función es permitir el ajuste de la altura del vehículo, lo que se logra mediante un mecanismo que permite mover el cuerpo del amortiguador o el soporte del muelle hacia arriba o hacia abajo. La regulación en altura es especialmente útil para modificar la altura del chasis con respecto al suelo, lo que puede influir en la aerodinámica, la estética del vehículo y la adaptabilidad a diferentes tipos de terrenos o condiciones de conducción. En cambio, un amortiguador regulable en dureza permite ajustar la dureza o rigidez de la suspensión, afectando directamente a la comodidad de conducción, el manejo y la estabilidad. Esto es importante en vehículos de alto rendimiento o de competición, donde se requiere una afinación precisa de la suspensión para optimizar el comportamiento y el rendimiento del vehículo en diferentes condiciones de conducción y tipos de pistas.