Resbalones y caídas son responsables del 20 al 30% de los accidentes que provocan una interrupción prolongada del trabajo.
La pérdida de productividad suele ser un efecto secundario desafortunado, ya que casi el 30% de estas caídas acaban en 21 días de trabajo perdido.
Las principales causas de resbalones y tropiezos son las siguientes: Superficies resbaladizas a causa de agua u otros líquidos.
Superficies resbaladizas causadas por productos secos y/o polvorientos como el serrín.
Superficies irregulares y cambios de nivel, como rampas no señalizadas.
Según el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril que establece las mínimas condiciones de seguridad en los espacios de trabajo, en su Anexo I, dispone que todos los pavimentos de las rampas, escaleras y plataformas de trabajo serán de materiales no resbaladizos o dispondrán de elementos antideslizantes.
Cuando estamos ante un suelo mojado, el contacto de nuestro zapato con la superficie hace que en la suela se genere una película resbaladiza provocando una pérdida de tracción que es la causante de las caídas.
Esto puede solucionarse aumentando la tracción en el suelo con el uso de felpudos antideslizantes.
No solo una superficie mojada puede ocasionar resbalones o caídas, lo mismo sucede con suelos secos y polvorientos, causados por el serrín, la calima seca o cualquier otro tipo de polvo que acumule desechos en la superficie.
Esto se puede remediar a través del uso de felpudos con grandes orificios de drenaje, como nuestro felpudo ultraflow, que drena los desechos para mantener la superficie limpia y despejada.