La factura eléctrica en España ha crecido un 60% en la última década.
Su vida útil es significativamente más alta aunque en lugares de calor excesivo puede ser menor.
Son menos contaminantes, al no contener nada de mercurio.
Diseño: ofrecen formatos más variados, que con las de bajo consumo no se pueden conseguir.
Duran más que las convencionales y gastan menos luz, lo que favorece el ahorro.
En esta línea, promueven también el ahorro energético: al consumir entre un 50% y un 80% menos que las lámparas de siempre.
Son más frías que las clásicas, lo que permite evitar quemaduras y otros accidentes.
Son más eficientes y mucho menos contaminantes.
A la larga, vamos a ahorrar en nuestra factura de la luz tanto si optamos por bombillas LED como por las de bajo consumo.
Sin embargo, por regla general las primeras tienen un precio más elevado, con lo que el primer desembolso a realizar será mayor.
A partir de aquí, tenemos que estudiar cada caso en particular.
Si vamos a iluminar una habitación que utilizamos con mucha frecuencia (por ejemplo, el salón o la cocina), las LED deberían ser nuestra elección, puesto que consumen en torno a un 80% menos de energía, pero para otras estancias en las que permanecemos menos tiempo (terraza, trastero, baño) quizá resulte más pertinente optar por las de bajo consumo.