En el caso de la seguridad infantil, hay que prestar especial atención a la entrada de la casa y las escaleras.
La escalera no es un buen lugar para que el niño juegue y las entradas del hogar pueden ser peligrosas si consiguen abrir la puerta.
Asegurarte de que no haya juguetes tirados, instalar un punto de luz en el recibidor para ver por las noches o evitar jugar en los descansillos son algunos de los puntos claves a tener en cuenta en estas estancias.
Nunca dejes la puerta de la entrada a la casa abierta.
No permitas que el niño abra la puerta cuando llamen.
Pon un pestillo en la puerta, fuera del alcance de los niños.
Un niño no tiene la suficiente coordinación para bajar escaleras de forma segura hasta los tres años, como mínimo.
Instala barreras de seguridad al pie de las escaleras y en el descansillo superior, o bien en la puerta de la habitación del niño.
Las barreras de seguridad deben estar homolagadas según la normativa europea, y la distancia entre los barrotes no debe ser superior a 6,5 cm.