El peso del paciente: Uno de los errores más comunes al elegir una silla de ruedas es no tener en cuenta el peso del usuario.
No es lo mismo una persona que pesa 60 kg que alguien que supera los 100 kg.
El peso del paciente influye en varios aspectos:
Material de la estructura: Las sillas de aluminio son ligeras y fáciles de manejar, pero si el usuario tiene un peso elevado, es mejor optar por una de acero reforzado.
Existen modelos de sillas bariátricas diseñadas específicamente para personas con un peso superior a 120 kg.
Resistencia y durabilidad: Una silla que no está preparada para soportar cierto peso puede deteriorarse más rápido, generar crujidos molestos o incluso deformarse con el tiempo.
Maniobrabilidad: Cuanto más peso tenga que soportar la silla, más esfuerzo requerirá para moverse.
En algunos casos, una silla eléctrica puede ser la mejor alternativa.