Aunque a menudo pasamos por alto su presencia, el impacto que la señalética tiene en nuestra capacidad para navegar y comprender el entorno es innegable. Dependiendo de su propósito y del mensaje que busca transmitir, la señalética se divide en diferentes categorías.
Señalética informativa: tiene como objetivo principal proporcionar información. Ya sea en un aeropuerto, una estación de tren o un museo, estas señales nos ofrecen datos esenciales sobre servicios, horarios y normativas.
Señalética direccional: nos guía hacia donde queremos ir. Mediante flechas, mapas o indicadores, nos ayuda a encontrar nuestro camino en centros comerciales, hospitales o eventos masivos.
Señalética identificativa: su función es identificar espacios, áreas o servicios específicos. Estas señales nos permiten localizar lugares como baños, salidas de emergencia o áreas específicas en un edificio.
Señalética preventiva: advierte sobre posibles riesgos o peligros en determinadas áreas, como zonas de construcción, áreas con sustancias químicas o lugares con riesgo de caídas.
Cada tipo de señalética tiene su importancia. Cuando se diseña y coloca correctamente, mejora significativamente nuestra experiencia y seguridad en diferentes entornos.