Las puertas y aberturas de paso deben tener una anchura de hueco de 0,80 m. como mínimo y una altura de, por lo menos, dos metros.
Los tiradores de las puertas deben ser de presión o de palanca.
Mecanismos como las llaves de paso, los dispositivos eléctricos, los porteros automáticos o los timbres, entre otros, deben situarse a una altura mínima de 0,40 m. y máxima de 1,40 m. sobre el suelo.
La distancia con respecto a las esquinas ha de ser de 0,60 m.
Los grifos deben funcionar mediante mecanismos de presión o palanca.
Los pasillos deben contar con una anchura mínima de 1,20 m.
Por su parte, para garantizar que las personas con sillas de ruedas puedan maniobrar correctamente sin incidentes, es preciso un diámetro mínimo de 1,50 m.
Las cocinas han de tener entre 0,00 y 0,70 m. de altura con respecto al suelo, además de un espacio libre de giro con un diámetro mínimo de 1,50 m.
El espacio de aproximación en los dormitorios a la cama ha de medir, al menos, 0,90 m. y el frontal al armario de 1,20 m.
No hay que olvidar que el interior de esta estancia debe contar con un espacio que permita realizar un círculo de 1,50 m. de diámetro.
En definitiva, todas estas exigencias que dispone el CTE garantizan que las personas que padecen una discapacidad física puedan desarrollar su vida con normalidad e independencia en este tipo de viviendas.
Cabe recordar que cada vez hay más personas aquejadas por algún problema de movilidad, pues su número ha crecido un 10 % desde el 2011.