Para una puerta de entrada, lo mejor es optar por una pintura que ofrezca alta resistencia y protección contra las inclemencias del tiempo, así como un acabado estéticamente agradable.
Los mejores colores para ella son: Colores brillantes
Colores mate o satinado
Pintura a base de esmalte sintético o acrílico
Si estás pensando en poner un color brillante en la puerta de entrada, es una opción que puede darle un toque moderno y elegante a tu hogar.
El acabado brillante es más resistente a la intemperie, protegiendo mejor la puerta de la humedad, el sol y la lluvia.
También es mucho más fácil de limpiar, ya que las manchas y huellas de dedos se eliminan rápidamente.
A nivel estético, el brillo hace que la puerta se vea más luminosa y llamativa, destacándose más en la fachada de la casa.
Y por último, la durabilidad es otra ventaja importante, ya que las pinturas brillantes son más resistentes a los arañazos y al desgaste, lo cual es esencial para una puerta que constantemente está expuesta a las inclemencias del tiempo y al tráfico.
Entre los tonos que jamás fallan ni pasan de moda, tenemos: Blanco brillante: Un clásico que nunca falla, da frescura y luminosidad, ideal para estilos modernos o minimalistas.
Rojo brillante: Aporta energía y hace que tu puerta se destaque, dándole más personalidad.
Azul brillante: Opción elegante, fresca y atractiva, perfecta si vives cerca del mar o en climas cálidos.
Negro brillante: Da un toque sofisticado y moderno, especialmente con detalles metálicos.
Amarillo brillante: Perfecto para una entrada alegre y acogedora.
Verde brillante: Ofrece un toque distintivo y único sin ser demasiado llamativo, ideal en tonos como esmeralda o pasto.
Si buscas algo de bajo mantenimiento para tu puerta de entrada, los acabados mate o satinado son perfectos, ya que disimulan mejor las huellas, manchas y marcas de suciedad que los acabados brillantes.
Por lo tanto el acabado mate le da un toque elegante y discreto, mientras que el satinado ofrece un equilibrio entre suavidad y brillo, dándole un aire moderno y refinado.
Ambos son bastante duraderos y resisten bien el desgaste, siendo más resistentes a rayones que los acabados brillantes, lo cual es ideal si tu puerta está en un lugar con mucho tráfico.
También, estos acabados son más adecuados para estilos clásicos, rústicos o industriales, y combinan muy bien con materiales naturales como la madera, creando una atmósfera tranquila y armoniosa.
El esmalte sintético, especialmente el de base aceite, es súper duradero, ideal para resistir las inclemencias del tiempo como el sol, la lluvia y la humedad, lo que lo hace perfecto para exteriores.
Es más tiene un acabado brillante y suave que se ve elegante y es fácil de limpiar, ya que las manchas se eliminan fácilmente.
La pintura acrílica es una excelente opción si buscas algo de secado rápido, ya que se seca mucho más rápido que el esmalte sintético.
Además, como es a base de agua, tiene menos olor, lo que la hace más agradable de usar en interiores, y es más ecológica, ya que tiene menos compuestos orgánicos volátiles.
También es fácil de mantener y limpiar con agua y jabón, y se ofrece en una variedad de acabados, especialmente en satinados y mates, lo que le da un toque moderno.
Sin embargo, tiene una menor durabilidad en condiciones exteriores extremas, como sol intenso o lluvia constante, por lo que no es ideal para puertas que estén muy expuestas a estos elementos.