La elección entre una puerta metálica y una puerta de madera dependerá de tus necesidades y de los factores que consideres más importantes. Tanto las puertas metálicas como las de madera son óptimas en caso de querer priorizar la seguridad, ya que ambas permiten incorporar elementos para evitar las intrusiones, ofreciendo además la posibilidad de instalar sistemas de control de acceso. En caso de que la puerta esté ubicada en exteriores o en zonas húmedas, la mejor opción son las puertas metálicas, ya que resisten bien el desgaste y las condiciones climatológicas adversas. Las puertas de madera, en cambio, están indicadas cuando valoramos más la estética y la calidez que da la madera, así como para climas fríos o a nivel acústico. Las puertas metálicas ofrecen una mayor resistencia contra apalancamientos, perforaciones e intentos de robo en general. Las puertas de madera maciza también pueden ser resistentes, pero son más vulnerables ante herramientas de palanca o fuego. Su nivel de seguridad depende en gran medida del tipo de madera y del refuerzo metálico que puedan incorporar. Las puertas metálicas tienen una mayor resistencia a factores externos que las puertas de madera, como por ejemplo a los golpes, la humedad y los cambios de temperatura. La humedad y los rayos ultravioletas pueden deformar, agrietar y decolorar la madera, especialmente si no se aplican los tratamientos adecuados. Las puertas de madera ofrecen un buen aislamiento térmico y acústico natural, ideal para mantener la temperatura interior y reducir el ruido procedente del exterior. Las puertas metálicas pueden resultar más frías en ambientes residenciales, por lo que son más comunes en zonas industriales. No obstante, actualmente algunos modelos de puertas metálicas ofrecen diseños más atractivos, con detalles de diseño o acabados que imitan la madera. Las puertas metálicas tienden a ser más económicas que las de madera, ya que, como materia prima, el metal es más barato que la madera.