La funcionalidad de la puerta: saber si se va a utilizar en espacios húmedos, como baños o cocinas, en habitaciones o si hablamos de la puerta de entrada al domicilio.
Una vez resueltos estos puntos, podremos elegir entre distintos estilos de puertas.
Otra opción, son las puertas correderas empotradas, para un acabado más limpio y minimalista.
Estas puertas se caracterizan por su pivote central, que permite que la puerta gire suavemente en ambos sentidos.
Además de su estética impresionante, estas puertas también proporcionan una apertura más amplia, lo que facilita el paso de objetos grandes o la movilidad de personas con necesidades especiales.
Por ejemplo, si se trata de un estilo rústico, podemos elegir una puerta de madera de roble, pino o nogal con detalles naturales como vetas o nudos visibles.
También podemos utilizar técnicas de acabados envejecidos como el decapado o el craquelado y añadirle un toque final con tiradores y bisagras de hierro forjado.
Podemos destacar las puertas de granero, puertas correderas con guías y rieles de hierro, que le dan un toque auténtico al espacio.
Si, por el contrario, buscamos una decoración minimalista, la mejor opción son las puertas enrasadas, o con marco oculto y las puertas paneladas para conseguir así una sensación de continuidad.
Elegir la puerta adecuada para cada espacio es crucial para lograr un equilibrio entre funcionalidad y diseño, creando un espacio armonioso y agradable estéticamente.