Para aislar una puerta del ruido, primero debes evaluar si tu puerta actual es adecuada para un buen aislamiento, ya que las puertas huecas aíslan peor que las puertas macizas. Uno de los pasos más sencillos y eficaces para insonorizar una puerta de entrada es colocar burletes adhesivos alrededor del marco, lo que evita que el sonido entre por las rendijas. También puedes instalar un bajo puerta acústico, que es ideal para puertas de entrada de piso y puertas interiores que dan a zonas comunes. Colocar un bajo puerta insonorizante evita la entrada de ruido, aire y polvo. Para un aislamiento más potente, puedes forrar la hoja de la puerta con paneles acústicos, espuma de poliuretano, o poliestireno expandido, como la espuma acústica o los paneles fonoabsorbentes. También puedes sustituir la puerta por una insonorizada, que está fabricada con materiales especiales que bloquean el paso del sonido. Las características clave de estas puertas son un núcleo denso y macizo, juntas perimetrales y un buen ajuste al marco. Si prefieres una solución casera, puedes limpiar bien la superficie de la puerta y del marco, colocar burletes adhesivos en todo el perímetro, instalar un bajo puerta acústico y aplicar paneles o espuma acústica en la hoja. Insonorizar una puerta no eliminará el ruido al 100%, pero puede reducirlo de forma considerable, mejorando el confort acústico de cualquier estancia.