La imprimación es imprescindible para mejorar el resultado final, ya que facilita la aplicación y cubrición de la película de acabado. Cualquier superficie debería ser imprimada para evitar problemas, como por ejemplo, desconchamiento, pieles, diferencias de tonalidad en acabado, sangrados, oxidación, etc. Una preparación inadecuada de la superficie es la causa principal de los problemas en el sistema de pintado. Una superficie mal preparada o cuyo sustrato está poco consolidado puede hacer que incluso la pintura de mayor calidad dé un mal resultado.
Preparación para madera, metales no férreos y superficies de difícil adherencia: estas imprimaciones sellan el poro de manera que bloquean los taninos, que son compuestos de la madera que migran hacia la superficie.
A tener en cuenta, la fibra de madera (DM) requiere lijado entre capas. Cuando se realiza una primera aplicación base agua sobre madera, la fibra tiende a levantarse, lo que comúnmente se denomina “repelo”. El lijado suave entre capas es necesario para poder conseguir una superficie lisa y adecuada para la recepción de la siguiente capa.
No todas las superficies que vamos a pintar necesitan una capa de imprimación. Además, existen algunas pinturas que ya vienen con ella incorporada, como la gama Procofer Expert de Procolor, lo que nos ahorrará tiempo y dinero.
Para saber si una superficie necesita o no una imprimación podemos pintar una pequeña superficie y esperar a que se seque. Si tras esto la pintura se “despega” necesitaremos imprimar antes de pintar.