El aluminio es un material muy resistente y duradero, por lo que las ventanas de aluminio pueden durar muchos años con poco mantenimiento. Sin embargo, el aluminio es un material conductor de calor, por lo que las ventanas de aluminio pueden dejar entrar más calor o frío en comparación con otras opciones. Además, el aluminio puede sufrir daños por la corrosión, por lo que puede requerir pintura o recubrimientos especiales para mantener su apariencia y protegerlo de la corrosión. Por otro lado, las ventanas de PVC son una opción cada vez más popular debido a su durabilidad y facilidad de mantenimiento. El PVC es un material aislante térmico, por lo que las ventanas de PVC pueden ayudar a reducir los costos de calefacción y enfriamiento. Además, el PVC no se oxida ni se corroe, por lo que no requiere pintura ni recubrimientos especiales. Sin embargo, es importante mencionar que, en Europa, las calidades de PVC utilizadas en la fabricación de ventanas son de alta calidad, con lo que actualmente se ha conseguido una ventana de pvc que dura igual que una de aluminio. En general, las ventanas de PVC son una excelente opción para aquellos que buscan una solución económica, duradera y fácil de mantener. Por otro lado, las ventanas de aluminio son una opción que dura más, pero requieren más mantenimiento y son menos aislantes térmicamente.