Los apiladores se dividen en varias categorías principales: de conductor acompañante, de plataforma, con conductor montado de pie o de conductor sentado.
Dentro de esos grupos, existen versiones con o sin elevación inicial y versiones con patas envolventes.
También los hay de muy diversas capacidades.
Los apiladores de conductor acompañante son los más compactos, pero cabe señalar que los apiladores de conductor de pie se adaptan a pasillos más estrechos que los de plataforma cuando esta se encuentra desplegada.
Los apiladores de conductor sentado son los modelos que necesitan más ancho que los demás, aunque son los más cómodos.
Un apilador con plataforma permite tandas más largas y con mayor frecuencia, ya que se desplaza a más velocidad y está dotado de unas barras de protección lateral plegables para mayor seguridad.
Para distancias mayores, turnos más largos y operaciones de manipulación de materiales más intensas, el apilador de conductor sentado puede minimizar la fatiga del operario.
El suelo es clave Otro aspecto para tener en cuenta a la hora de elegir un apilador es el tipo de suelo de tus instalaciones.
Si es irregular, está desnivelado o incluye rampas, necesita un modelo con elevación inicial.
Estos ofrecen mayor separación del suelo mediante la elevación de sus patas de carga.
Algunos de estos modelos pueden usarse para llevar dos palés simultáneamente: uno en las patas de carga y otro en la horquilla.
Si usas palés con fondo de madera, necesitarás un apilador de vía ancha.
Sus patas de carga, más separadas, quedan a los lados del palé en lugar de bajo él, lo que permite a la horquilla levantarlo desde el suelo.
También resultan útiles para cargas de mayor anchura.