¿Qué diferencia hay entre un elevador y un ascensor?

Una de las principales características que diferencian a un ascensor de un elevador es la velocidad, ya que el ascensor es más rápido y se desplaza a 0,60 m/s y el elevador es más lento y va a 0,15 m/s como máximo. El ascensor puede instalarse en todo tipo de edificios, mientras que el elevador es un aparato más lento e ideal en edificios que cuentan con menor número de pisos, además está pensado para personas con movilidad limitada. Las viviendas son los principales destinatarios de los elevadores, aunque también se instala en cualquier otro tipo de edificio público o privado, como comercios, restaurantes, teatros, museos, etc. Teniendo en cuenta esto, algunas ventajas de un elevador respecto al ascensor son: menor consumo eléctrico, bajo costo de mantenimiento, instalación más fácil y sencilla.

Un ascensor es un sistema de elevación vertical diseñado para transportar personas o cargas entre diferentes niveles de un edificio. Los ascensores están regulados por normativas y estándares de seguridad, como la ITC de ascensores, que garantizan su correcto funcionamiento, la protección de los usuarios y el cumplimiento de la ley. Un elevador también es un sistema de elevación vertical, pero está diseñado para cargas ligeras o usos más concretos. Los elevadores suelen tener menos regulaciones que los ascensores, lo que los hace más accesibles en términos de coste e instalación. El ascensor se utiliza como transporte vertical de personas o bienes en edificios residenciales, comerciales o industriales. El elevador también cumple con ese cometido de transporte, pero en entornos donde no se requiere un ascensor convencional para cargas ligeras, con recorridos cortos o viviendas unifamiliares. Los ascensores unifamiliares o domésticos, conocidos como elevadores no superan los 0,15 m/s de velocidad; mientras que los ascensores comerciales o convencionales se mueven a una velocidad superior a 0,15 m/s. El ascensor cuenta con regulaciones estrictas para garantizar la seguridad, las del elevador son más flexibles y dependiendo del uso. La instalación de un ascensor se suele llevar a cabo en edificios a partir de cuatro plantas. Por su parte, los elevadores se concentran en viviendas unifamiliares o edificios de menor altura. En los ascensores se exige que una empresa realice un mantenimiento del equipo una vez al mes; en el caso de los elevadores o ascensores de velocidad reducida el servicio preventivo se presta cada 3 o 4 meses. Instalar un ascensor requiere ejecutar una obra que contemple un espacio para el hueco y el foso. Por su parte, el elevador apenas cuenta con foso y en caso de tenerlo es mínimo. Los ascensores pueden soportar grandes cargas que varían desde unos pocos cientos de kilos hasta varias toneladas. Los elevadores suelen tener una capacidad limitada, generalmente de 100 a 400 kg. La instalación y el coste de mantenimiento de un ascensor precisa una mayor inversión inicial; el elevador resulta más económico. Los ascensores disponen de sistemas avanzados de seguridad, mientras que en los elevadores se trata de procedimientos básicos. En los ascensores suele ser trifásica y los elevadores se alimentan de un sistema monofásico.

Una de las principales características es que los ascensores son utilizados para transportar personas y el elevador, por lo general, es empleado para desplazar mercancías o materiales. Otro aspecto que marca una diferencia es la velocidad, los ascensores por un lado usualmente son más rápidos, pueden alcanzar una velocidad de de 1 o 2 m/s y los elevadores presentan una velocidad algo reducida con 0,15 m/s. Como podemos observar, es mínima la diferencia entre los términos. Lo que queremos destacar es que este transporte vertical se convirtió en un elemento importante de la arquitectura, principalmente de los edificios que cuentan con varios niveles.

Los tres cumplen la función principal de transporte vertical. Pero, pese a que utilicemos estos términos de forma indistinta, debes saber que hacen referencia a equipos diferentes. Decantarnos por la instalación de uno u otro dependerá del contexto y de factores como la velocidad deseada, la altura a salvar, la estética y el uso previsto. Los ascensores transportan personas. Los ascensores son los aparatos de elevación más rápidos, siendo habitual velocidades de entre 1 y 2 metros por segundo. La alimentación eléctrica de los ascensores suele ser trifásica, pero en caso de cabinas para pocas personas y velocidades de 1 m/s puede ser incluso monofásica. Mientras que el ascensor puede instalarse en todo tipo de edificios, el elevador es un aparato más lento que resulta ideal en fábricas, almacenes, edificios que cuentan con un reducido número de pisos o viviendas unifamiliares. Los elevadores tienen una velocidad más reducida que los ascensores y su recorrido es más limitado. La electricidad para el elevador viene dada por un sistema monofásico. Entre las ventajas de instalar un elevador podemos destacar que son más económicos, su consumo energético es menor, implican un bajo coste de mantenimiento y su instalación es más fácil y sencilla. No podemos decir que un elevador es mejor que un ascensor, ni lo contrario. En su lugar debemos analizar una serie de indicadores o factores que nos ayudarán a determinar cuál es el sistema más adecuado para cada caso concreto. Por ejemplo, en un centro comercial, un edificio de oficinas o una comunidad de vecinos bastante concurrida en la que hay más de cuatro plantas lo idóneo sería instalar un ascensor convencional. Pero si pensamos en una vivienda unifamiliar donde el uso del equipo de elevación no va a ser muy frecuente y la distancia a salvar no es elevada, un elevador sería la mejor opción.