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¿Cuál es la historia del modelo de cerradura y llave?

Andrea Cisneros
Andrea Cisneros
2025-07-29 07:29:37
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Hace miles de años, el hombre comenzó a necesitar sentirse protegido, y por ese motivo comenzó a cerrar su caverna con una piedra de gran tamaño. Esta roca se convertiría en la antecesora a lo que hoy conocemos como una puerta, y de esta forma se daría comienzo a la concientización de proteger el hogar y resguardar la privacidad del mismo. Con el tiempo, el temor y preocupación hacia potenciales robos fue creciendo, con lo que las puertas dejaron de ser suficientes cuando de seguridad se hablaba. Así comenzaría la creación y posterior utilización de cerraduras. En aquellos tiempos, el hecho de tener una cerradura se convertía en un sinónimo de abundancia para la sociedad, ya que daba a entender que quien necesitaba de una de éstas tenía objetos de valor que estaba intentando proteger. La cerrajería moderna llegaría en el período de la Revolución Industrial, específicamente en el año 1778, cuando el inglés Robert Barron creó el cerrojo de tambor de doble acción, que consistía en un conjunto de palancas que evitan que el cerrojo se mueva de la cerradura, haciendo que los pernos se muevan, y por lo tanto se desbloquee la cerradura sólo cuando las palancas se eleven a cierta altura. Tan sólo seis años después, el primer modelo de cerradura de alta seguridad sería inventado: el de Joseph Bramah, con cerraduras que usaban una llave redonda que contenían desniveles en su superficie, lo que hacía que la puerta se abriera sólo en el caso de que su cerradura coincidiera con las marcas de la llave introducida. Este modelo es utilizado hasta el día de hoy, y ha sido perfeccionado a grandes escalas de acuerdo a los cambios tecnológicos que ha experimentado el mundo con el correr de los siglos.
Carolina Tijerina
Carolina Tijerina
2025-07-27 20:41:37
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La cerrajería es una de las artes más antiguas conocidas por el ser humano. Los orígenes de la cerrajería que se remontan a tiempos tan antiguos como las culturas egipcia y romana. Los orígenes de la cerrajería y las primeras referencias al uso de cerraduras, llaves y candados se remontan a Egipto hace unos 5.000 años. Se conoce como “cerradura egipcia” y fue usada para proteger joyas, documentos y objetos de valor. También se crearon cerraduras para puertas que requerían el uso de una llave de madera, bronce o algún tipo de accesorio para asegurarse de que solo se abriera al portador de la misma. La metalurgia de la época de la antigua Grecia y el antiguo imperio romano llevó a la creación de cerraduras mucho más sofisticadas y seguras. Los romanos desarrollaron un método simple para fabricar su propia llave a partir de metal. Usaban una palanca de bronce insertada en la cerradura y se movía de forma lateral para que se abrir o cerrar. Esto significa que una llave podía abrir todas las cerraduras de ese tipo, lo que contribuía a la seguridad de toda la casa y el edificio. Aunque seguramente se empezarían a fabricar llaves con combinación única para que una llave abriese la cerradura correspondiente y no otra. Los adelantos en la cerrajería han seguido siendo constantes a lo largo de los siglos. El rey Luis XVI de Francia contrató a un artesano llamado Robert Barron para que inventara un mecanismo que evitara la posibilidad de copiar las llaves. Esta invención fue conocida como la cerradura de doble vaso de 1778, que luego fue mejorada por Jeremiah Chub creando una cerradura de gorjas muy parecida ya a las actuales. En 1857, el cerrajero James Sargent creó la primera cerradura con combinación de llave cambiable. En 1873, se inventó una cerradura conocida como la cerradura del tiempo, que sólo se abría durante un lapso específico de tiempo. Esta invención dio lugar al desarrollo de otras cerraduras mejoradas, y así hasta nuestros días desde que Linus Yale inventa en 1848 la cerradura de tambor, y su hijo Linus Yale Jr. hace la llave más pequeña y manejable, la de serreta. La cerrajería es una práctica que ha estado presente desde la Antigüedad, dándose cuenta de que es algo muy útil y necesario para garantizar la seguridad de personas y sus bienes. Desde entonces, la cerrajería ha evolucionado a la par con la tecnología y los avances en la fabricación de cerraduras, siempre manteniendo el objetivo de ofrecer la mejor seguridad posible.
María Carmen Madrigal
María Carmen Madrigal
2025-07-14 05:05:41
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Desde los tiempos más remotos el hombre sintió la necesidad de protegerse, y ya al cerrar con una enorme piedra la entrada de su caverna dio origen, con ese rudimentario sistema, a un proceso de perfeccionamiento que no se detuvo a lo largo de siglos y siglos. Al aumentar sus pertenencias, también aumentó el riesgo de sustracción: se entabló así una verdadera batalla de ingeniosos mecanismos entre los que defendían lo suyo y los que trataban de apoderarse de lo ajeno. La cerradura moderna tiene su origen en el pasador horizontal de madera que, acoplado a la parte posterior de la puerta, se hacía deslizar por una rudimentaria guía para encajar luego en un agujero que se practicaba en la jamba. Para accionar semejante pasador por un agujero desde afuera o liberarlo de los enganches se necesitó un pedazo de metal curvo provisto de un mango recto, que hacía las veces de llave primitiva. Para impedir que el pasador o la barra se deslizara, se practicaba un agujero vertical en la parte superior de la hembra y se insertaba allí una cuña. La función de la llave era mover la cuña, levantándola, para dejar en libertad al pasador. Los egipcios construyeron este tipo de cerraduras, pero aumentando la cantidad de cuñas. Los romanos, si bien se basaron en la misma cerradura que los egipcios, generalmente hacían más pequeño el pasador de bronce, y las clavijas, también más pequeñas, recibían la presión de un resorte. Es en el siglo XVIII, en Inglaterra, con la aparición de la cerradura de puerta cuando comienza el verdadero proceso de tecnificación de los sistemas de seguridad. Pero muy poco tiempo habría de durar la supremacía de los ingleses en la materia, ya que en el año 1851 el cerrajero norteamericano Alfred Hobbs desafió a que podía abrir cualquier cerradura inglesa, pero que ningún cerrajero inglés podía abrir una de sus cerraduras. Y así fue. Habría de ser un artista, un pintor retratista, el que revolucionaría la cerradura moderna al decidirse a continuar el oficio de su ya anciano padre. Su nombre: Linus Yale. Entregado de lleno a la perfección de los sistemas de seguridad, obtuvo en el año 1851 la patente de su primera cerradura para bancos. Continuó su afanosa búsqueda, hasta que en el año 1862 inventó la cerradura de cuadrante secreto o combinación, que habría de transformar su apellido en un auténtico sinónimo de la palabra llave. Mucho ha llovido desde entonces, y sistemas actuales como las cerraduras electrónicas han hecho estos mecanismos más seguros y eficaces.
Luisa Lira
Luisa Lira
2025-07-14 02:44:03
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La preocupación de dejar todo bajo llave hizo que los cerrajeros de la Edad Media dieran una vuelta detrás de otra con el fin de conseguir una cerradura inviolable. Mientras los cerrajeros indios adoptaron un extraño cerrojo hindú rompecabezas, los artesanos europeos del medievo se volcaron en el diseño de cerrojos con un detalle exquisito. La primera cerradura totalmente metálica apareció en el año 870 y 900, atribuida a artesanos ingleses. Son la base de los modelos convencionales actuales que en determinadas incidencias se encuentran también los cerrajeros Valencia de Servihogar. Con la excepción del desarrollo del cerrojo de pestillo, y la guarda correspondiente, poco más se innovó para mejorar el rendimiento y conveniencia de los cerrojos hasta finales del siglo XVIII. La guarda es un freno a resorte que encaja en las ranuras de la parte superior del pestillo. En su movimiento de rotación, la llave eleva la guarda para liberar el pestillo durmiente antes de su traslación. Con la llegada del Renacimiento, la cerradura se convirtió en una obra de arte: poco a poco fueron más elaboradas y complicadas, cuidando cada detalle hasta el extremo. El aspecto estético de la cerradura iba ligada al nivel socioeconómico de manera que no solo se diseñaban para ser seguras, sino también para ser lo más vistosas posible como señal de distinción social.
Nadia Ibáñez
Nadia Ibáñez
2025-07-14 01:35:11
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La cerradura tiene su origen en el pasador horizontal de madera que, acoplado a la parte posterior de la puerta, se hacía deslizar por una rudimentaria guía para encajar luego en un agujero que se practicaba en la jamba. Para accionar semejante pasador por un agujero desde afuera o liberarlo de los enganches se necesitó un pedazo de metal curvo provisto de un mango recto, que hacía las veces de llave primitiva. Las primeras puertas con un sistema de cerradura y con llave para abrir o cerrar desde fuera aparecieron en Egipto y en China 4000 años A.C. La evidencia más antigua de un candado fue encontrado en la ciudad de Nínive, Mesopotamia, y funcionaba con ese principio básico. Los modelos de candados egipcios eran empleados solamente por personas ricas, pero fueron los griegos quienes perfeccionaron llaves y candados disponibles para uso popular. Los romanos idearon candados que podían abrirse con llaves que cargaban como si fueran anillos. Los romanos dieron a conocer estas grandes aportaciones y crearon el sistema de seguridad en los cierres conocidos como «vuelta de llave». Con el paso del tiempo se fueron creando mejoras, las llaves y cerraduras fueron cambiando, mejorando sus diseños y volviéndose más seguras. Linus Yale, Sr. inventó la cerradura del vaso del perno en 1848, que consiste en pequeños tubos interiores de distintas longitudes para lograr identificar las llaves. Linus Yale, Jr., que se unió a su padre en el negocio y mejoró su cerradura en 1861, usando una llave más pequeña y plana con los bordes serrados, que es la base de las cerraduras moder
Lucas Esteban
Lucas Esteban
2025-07-14 00:40:49
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Gracias a los historiadores y arqueólogos, sabemos de la existencia de primitivas cerraduras y llaves en el antiguo Egipto y en China hace cuatro mil años. El concepto de cerradura surgió muy pronto y en prácticamente todas las culturas hace miles de años. Al principio era una simple barra que cerraba el paso e impedía abrir la puerta o la caja. Aunque al pensar en una llave normalmente nos viene a la cabeza una puerta, durante muchos siglos las entradas se protegían simplemente con una cortina y las casas quedaban abiertas. El concepto de barra travesera se empezó a sofisticar al añadir una pieza vertical que la atravesaba e impedía que el pestillo se pudiera mover. Había que levantar la madera vertical para poder hacerlo. Y eso solo se podía hacer con otra madera del tamaño preciso para liberar el pestillo. Quizás denominar como llave es muy optimista, pero sí que era el primitivo concepto de llave: poner un impedimento físico que bloqueara el sistema y disponer de un mecanismo que desplazara el impedimento hasta permitir movimiento de la aldaba. Este tipo de cerraduras primitivas se usaron bastante en tiempos antiguos, pero enseguida se fueron sofisticando y evolucionando. La miniaturización de la cerradura la hicieron los romanos. De hecho, ellos ya hicieron llaves muy parecidas a algunas que se usaban en las casas antiguas hasta hace muy poco. Eran piezas de metal que, al introducirse en la cerradura, hacían encajar unas piezas de forma que la puerta quedaba libre para abrirse. Poco a poco las llaves se fueron sofisticando, aunque el mecanismo básico era similar. Durante la época medieval podemos decir que se hicieron las llaves más lujosas y complicadas, pero no necesariamente las mejores. Esto fue así hasta el Renacimiento, cuando se comenzaron a explorar otros modelos de llaves, que cada vez han sido más seguras. Al final se comenzaron a idear llaves magnéticas, que competían con las llaves puramente mecánicas. También hay cerraduras biométricas, cronométricas, digitales y alfanuméricas, y cada vez serán más sofisticadas.
Gael Vásquez
Gael Vásquez
2025-07-13 23:44:03
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El mecanismo más antiguo que se conoce se encontró en las ruinas del palacio de Sargón II de Asiria en Jorsabad, al norte de Irak, donde se halló una llave de madera de 1,2 metros que data del siglo VIII a.C. Se trataba de una especie de palanca parecida a un gran cepillo de dientes. Al colocarla en la cerradura, estos encajaban con otros tantos pivotes de modo que, al accionar la palanca, quedaba liberado el pasador de la cerradura. Este mecanismo conocido como «cerradura egipcia» inspiró una patente del ingeniero estadounidense Linus Yale a mediados del XIX. Consistía en una llave plana y aserrada en un borde con dientes y muescas a diferente altura. El modelo más común del siglo XX de la cerradura consiste en un tambor que queda bloqueado con 5 o 6 pernos de diferentes tamaños. Para que el cilindro que acciona el pestillo se pueda mover, los pernos han de colocarse al mismo nivel gracias a la llave, que penetra como una cuña entre ellos.