Una de las causas más comunes de la fatiga visual es la mala iluminación, especialmente cuando hay reflejos o deslumbramientos en tu entorno de trabajo o estudio.
Lograr una iluminación sin reflejos no solo mejora la comodidad visual, sino que también incrementa la productividad y reduce el esfuerzo ocular.
La iluminación con reflejos es una de las principales causas de fatiga visual, especialmente en espacios de trabajo, estudio o lectura.
Cuando una fuente de luz incide directamente sobre superficies reflectantes como pantallas, escritorios brillantes o papeles satinados, genera deslumbramientos que obligan a los ojos a adaptarse constantemente.
Esta adaptación provoca un esfuerzo ocular innecesario, ya que el ojo intenta enfocar en condiciones de luz no uniformes, lo cual puede derivar en ardor, visión borrosa, dolores de cabeza e incluso irritabilidad.
Además, los reflejos alteran la percepción de contraste y detalles, lo que disminuye la concentración y el confort visual durante actividades prolongadas.
Por eso, contar con una luz adecuada para trabajar, que evite puntos de brillo directo o rebotes molestos, es esencial para cuidar la salud visual y mantener la productividad.
Implementar una iluminación sin reflejos no es solo una cuestión de diseño, sino de bienestar y eficiencia a largo plazo.
Una iluminación adecuada no solo mejora la estética de un espacio, sino que es esencial para evitar la fatiga visual y lograr un entorno saludable y productivo.