Un lugar de trabajo inclusivo es un entorno que acoge a personas de diferentes edades, razas, etnias, religiones, géneros, orientaciones sexuales y capacidades, apoyándolas y animándolas a crecer y tener éxito. La inclusión es un término más amplio que abarca la diversidad, la equidad, la aceptación, el respeto y la pertenencia. La UE también ha puesto de relieve la importancia de fomentar la inclusividad en el lugar de trabajo con iniciativas como el Mes Europeo de la Diversidad. Crear entornos de trabajo accesibles, tanto físicos como digitales, introducir modalidades de trabajo flexibles y promover la conciencia lingüística son algunas de las prácticas para lograr espacios de trabajo más inclusivos. Reconocer que las distintas personas tienen diferentes estilos de aprendizaje y revisar las prácticas de contratación de la organización también son fundamentales. Dar el buen ejemplo y educar a todos los empleados en las políticas inclusivas de la empresa es esencial para lograr una cultura de inclusividad.