Pero también es bueno apuntar que estos proyectos fueron llevados a cabo por la NASA y otros institutos investigativos, en cambio, el turismo espacial está siendo financiado y desarrollado por compañías privadas, lo cual hace pensar que la seguridad de los clientes es la prioridad máxima.
Para las compañías que lideran esta industria, el turismo espacial es una misión que puede ser muy provechosa, por tanto, están ansiosos de seguir adelante lo más rápido posible, algo muy peligroso si no se toman las medidas adecuadas, pues la precipitación suele conducir a accidentes.
El objetivo de estas es permitir el desarrollo tecnológico espacial, evitando exponer a los turistas a riesgos innecesarios.
El Congreso considera que es la única manera de darle libertad a la industria del turismo espacial para expandirse en poco tiempo.
Tampoco pueden demandar al gobierno en caso de accidente, lo que reduce las expectativas de seguridad de los viajes espaciales actuales.
Es muy temprano en el desarrollo de la industria espacial, de modo que no hay mucho control sobre cómo las compañías construyen sus vehículos de transporte y tampoco puede saberse con certeza cuán seguro pueda ser el envío de personas al espacio.
Habrá que esperar un poco a que la tecnología alcance los niveles deseados para que el turismo espacial sea seguro y no tengamos que lamentar ningún desenlace fatal.