El ‘nuevo bastón’ rojo-blanco es un símbolo ya aceptado en muchos países como el símbolo identificativo de las personas sordociegas, así como definido por la Federación Mundial de Sordociegos (World Federation of the Deafblind-WFDB), sin concretar el diseño en cuanto a disposición y tamaño de las franjas rojas.
Un distintivo que aporta mayor seguridad en la autonomía de los desplazamientos puesto que le identifica como una personas con sordoceguera y, además, facilita su posible comunicación con el resto de personas, conscientes de su discapacidad.
No se trata sólo de un bastón, es un símbolo de libertad para estas personas.
La incorporación de una franja roja al bastón blanco, habitualmente utilizado por las personas con ceguera o discapacidad visual grave, evidencia la presencia también de una discapacidad auditiva en el usuario.
El bastón rojo-blanco es una muestra más del derecho de las personas con sordoceguera a que los demás ciudadanos sepan que existen.
Seis años más tarde, en 2007, nace la FOAPS con el fin de proporcionar el Servicio de Mediación Comunicativa a este grupo de personas.
En la actualidad, la ONCE atiende a 2.208 personas afiliadas con sordoceguera, que tienen acceso a todos los servicios que la Organización presta a sus miembros (educación, apoyo psicosocial, rehabilitación, tiflotecnología, etc.) con el apoyo del servicio de mediación de FOAPS, cuando es necesario.