Quizás el problema con el que te encuentras es que aunque la llave encaja en el cilindro, no consigues moverla porque está bloqueada. Esto puede deberse a diversas razones, pero la más común es que esté oxidado, algo que es habitual en muchas cerraduras antiguas. En estos casos, lo más conveniente es lubricar la cerradura para tratar de que gire, ya que el problema no está en la llave. Otro motivo que puede ser muy común es que haya una falta de alineación entre la puerta y la cerradura, algo que se puede deber al pasado del tiempo o al deterioro paulatino de las bisagras. Lo primero es que compruebes que estás girándola hacia el lado correcto. Asegúrate también de que estás usando la llave correcta, ya que no es la primera vez que le ocurre a alguien que está tratando de abrir una puerta con una llave que no corresponde. Que una llave encaje no significa que sea de esa puerta. Si la llave se ha quedado completamente atascada, y no gira, pero tampoco puedes sacarla, es aconsejable que acudas a un cerrajero lo antes posible. Evita forzar la cerradura para no romper la llave. Un error muy común que la gente comete cuando la cerradura está bloqueada y no consigue abrir es forzar la llave hacia un lado para tratar de que abra. Esto puede dar lugar a que se rompa la llave, lo que te generaría un nuevo problema, y es que seguramente se quedaría un trozo de la llave introducido en la cerradura. En lugar de forzar la llave y perder los nervios, trata siempre de actuar de forma pausada, y en caso de que no logres abrir la puerta, llama a un cerrajero.