Los materiales absorbentes se caracterizan por transformar la energía sonora en otra clase de energía, evitando que el ruido se refleje lo menos posible y penetrando más energía sonora con la ventaja de transformar en calor estas molestias. Aunque no existe una regla general sobre el comportamiento de los elementos, están formados por absorbentes porosos que facilitan el paso de aire y penetrarán directamente en el interior. Algunos factores influyentes en el aislamiento acústico de los materiales absorbentes son: Porosidad Rigidez Densidad Celdas geométricas Montaje con distancias en las superficies más sólidas. En general, debemos tener presente que la absorción del material poroso se potencia si aumentamos la frecuencia sobre la pared. Materiales resonantes, que presentan la máxima absorción a una frecuencia determinada: la propia frecuencia del material. Materiales porosos, que absorben más sonido a medida de que aumenta la frecuencia. Es decir, absorben con mayor eficacia las altas frecuencias (los agudos). Cuanto más poroso es el material, mayor es la absorción. Los materiales porosos más comunes son las lanas minerales (de roca y de vidrio). Absorbentes en forma de panel o membrana: absorben con mayor eficacia las bajas frecuencias (los graves), que las altas. Absorbente Helmholtz: es un tipo de absorbente creado artificialmente que elimina un determinado margen de frecuencias. Los aislantes acústicos suelen ser más densos y rígidos (plomo, hormigón, acero, etc.), mientras que los absorbentes acústicos son más porosos para absorber y retener las ondas sonoras (lana de roca o de vidrio, poliuretano, etc.). Un material absorbente colocado en el espacio cerrado entre dos tabiques paralelos mejora el aislamiento que ofrecerían dichos tabiques por sí solos.