¿Cómo se llama el baño que no tiene ducha?

Bañera, inodoro y bidé. El bidé, pieza indiscutible de nuestros baños durante décadas. Otra de las grandes ventaja de las nuevas duchetas frente a los primitivos bidés es su responsabilidad medioambiental: no solo garantizan un consumo de agua menor gracias a las innovaciones técnicas, grifos mezcladores y mecanismos antifuga, sino que ayudan a disminuir el uso de papel higiénico y de toallitas íntimas. Ese sanitario menor, nacido en Francia en el siglo XVIII, ha tenido siempre su espacio en nuestros corazones, ya sea como complemento a la higiene diaria, el aseo de las personas de movilidad reducida o para inculcar hábitos de limpieza a los más pequeños.

El bidet forma parte de muchos hogares. Se trata de un elemento tradicional en el cuarto de baño, y hoy en día hay cada vez más personas que optan por deshacerse de él y apostar por una ducha higiénica, la opción de tener un váter con grifo. El bidet tiene un aspecto similar tanto al inodoro como al lavabo, es como un recipiente con grifo y desagüe. El bidet está diseñado para que el agua haga la función de papel higiénico y sirva para lavarnos cómodamente. El usuario debe sentarse sobre él y abrir el grifo a la temperatura deseada para, esperar unos segundos y, posteriormente, secarse. Una de ellas son las duchas higiénicas para WC. Se conoce también como ducha higiénica o grifo higiénico porque precisamente se trata de colocar un sistema similar al de una ducha junto al inodoro. Es una reforma que se puede llevar a cabo en cualquier aseo y que permite tener más espacio en esta zona sin perder la aplicación del bidet. Es la opción perfecta para baños pequeños. Se instala junto al inodoro y se utiliza de forma sencilla, sin tener ni que levantarse del WC para limpiar las partes íntimas.