La instalación y mantenimiento de luces de emergencia normativa es esencial para la seguridad en edificios comerciales y públicos. Estas luces, reguladas por normativas específicas, garantizan la iluminación adecuada en situaciones críticas, como apagones o evacuaciones. Las normativas suelen detallar dónde deben colocarse las luces, su brillo mínimo, la duración de la batería y los procedimientos de prueba periódica. Existe una normativa nacional sobre este tipo de luces, que acabó unificando el Código Técnico de Edificación, el conocido por sus siglas CTE, donde se aclaran las clases del alumbrado, cuándo y dónde es obligatorio. Es importante y obligatorio usar este alumbrado para emergencias en algunas ocasiones, especialmente en recintos que pueden ser siempre ocupados al mismo tiempo por 100 o más personas.
Estas luces se deben situar como mínimo en las puertas del recorrido de una posible evacuación, en escaleras y, en los cambios de nivel, dirección o las intersecciones de los pasillos. Los niveles de iluminación establecidos deben considerarse un factor de reflexión sobre paredes o techos, considerándose un complemento básico para que funcione correctamente contra un incendio en un local, comunidad o industria. Las normativas en realidad no especifican el tipo de luz a instalar, por lo tanto, sirve cualquier luminaria para usarse como luz de emergencia, siempre y cuando cumpla con los requisitos de iluminación recogidos en el Código de Edificación.
Es decir, da igual usar como luz para emergencias un sistema, por ejemplo, de luces LED, de bajo consumo o halógenas. Se debe tener en cuenta también como algo muy importante que las luminarias deben iluminar diferentes zonas, según marque este Código y contar con sistemas de autonomía de al menos una hora.