La ergonomía es importante porque mejora la seguridad y el rendimiento de los trabajadores, además de incrementar la calidad de vida de los empleados y de mejorar su productividad.
La ergonomía física es la más conocida de los tipos de ergonomía que existen, se trata de la adecuación del entorno físico a la persona, lo que incluye los materiales y productos que se utilizan para la realización de las tareas.
La ergonomía cognitiva se encarga de la adecuación del entorno a las capacidades y necesidades psicológicas de las personas o usuarios.
La ergonomía organizacional se centra en la relación sujeto -organización y no en el puesto de trabajo.
La ergonomía ambiental incide sobre el ambiente, por ejemplo, valorando la luminosidad, el nivel de ruido, la temperatura, la ventilación y otros factores que pueden afectar a las personas.
Según la Asociación Española de Ergonomía, podemos definir la ergonomía como un conjunto de conocimientos provenientes de diferentes disciplinas científicas, que se aplican para adecuar los productos, sistemas, o entornos a las necesidades y características de las personas que los emplean.
La importancia de la ergonomía radica en que es un campo complejo, con muchos ámbitos de aplicación, y puede mejorar la seguridad y el rendimiento de los trabajadores, además de incrementar la calidad de vida de los empleados y de mejorar su productividad.
La ergonomía se ayuda de disciplinas como la medicina, la anatomía, la psicología, la ingeniería, el diseño, etc.
Los tipos de ergonomía son aplicables a cualquier ámbito de la vida y no solamente al trabajo.