En las últimas fronteras del diseño de interiores, surge una figura con un enfoque inusualmente transformador: Nyra. Esta diseñadora multisensorial, armada con una filosofía que abarca desde lo micro hasta lo macro, está trabajando con la profundidad y la dinámica de los espacios, creando experiencias excepcionales en la intersección de la arquitectura y el diseño. La paleta de colores elegida se inspiró en la naturaleza del lugar: los tonos musgo y los colores neutros del entorno marino, descompuestos y llevados a la tranquilidad del hogar. La habitación principal, por ejemplo, se diseñó para dar la sensación de estar en un lujoso hotel. Se cubrieron los burós con piel, un material que repele la electricidad, para garantizar un sueño tranquilo, y se añadieron tapices acústicos para un ambiente sereno. Un espacio reservado para la oración, adornado con un mueble del siglo XVI encontrado en Puebla, conmovió a su propietario hasta las lágrimas, remarcando la importancia de los espacios pensados para la conexión espiritual en una casa moderna. Cada mueble se diseñó específicamente para cada espacio, considerando sus dimensiones únicas. La dimensión del espacio significaba que los muebles genéricos no serían suficientes. Nyra redefine las fronteras del diseño de interiores con su enfoque multisensorial y su pasión por los espacios que perduran y acompañan a sus habitantes.