Las cerraduras electrónicas tienen muchos beneficios en común. No se pueden hacer copias de las llaves. Por lo tanto, el propietario tiene la certeza del número de llaves en circulación. Una sola llave para todo. A una sola llave de le asignan todos los derechos de acceso de las puertas que tenga que abrir. El código de seguridad no se puede ver. Claro que no. Es un xip que normalmente, además, va encriptado. En cualquier caso, no está a la vista. Las llaves perdidas no son un problema. Simplemente se eliminan del sistema. Se avisa a las cerraduras que no abran más a esa llave y listos. No es necesario custodiar llaves. Porque en realidad las llaves o tarjetas o el dedo no abren nada hasta que no se les programan los derechos de acceso. Los derechos de acceso se pueden cambiar fácilmente…: solamente es necesario reprogramar la llave o hacer el cambio en el software de administración para que se lo comunique a la cerradura electrónica. … y de manera remota. Muchas de las cerraduras electrónicas van conectadas a algún tipo de red que permiten cambiar los derechos de acceso remotamente. Sistemas muy seguros. No son sistemas mecánicos. Todas estas características hacen que las cerraduras electrónicas sean muy superiores a las cerraduras mecánicas. Especialmente en instalaciones con muchas puertas como escuelas, hospitales, ayuntamientos o edificios comunitarios. En estos casos, tener controladas las llaves, no tener que cambiar la cerradura electrónicas en caso de pérdida de llave, y tener una llave para todo, es un gran beneficio. Las cerraduras no deben representar un problema adicional para estas organizaciones. Quizás puedan valer para tu casa, pero no para una instalación mediana o grande. Además del coste, tienen dos inconvenientes adicionales: si se va la luz del edifico, no puedes entrar y por otro lado, no son las más seguras, ya que normalmente actúan liberando solamente el resbalón, es decir, funcionan si se cierra la puerta “de golpe”, no con llave.